Argán
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Argán
El argán, Argania spinosa, pertenece a la familia de las sapotáceas, un árbol siempre verde y espinoso que crece en condiciones extremas de sequía y temperatura, sobre suelos muy pobres. Es endémica del oeste de Marruecos, donde el árbol crece al borde del desierto en un gran número de ejemplares, caracterizando fuertemente el paisaje, y contribuyendo con sus profundas raíces a consolidar el suelo y evitar fenómenos de desertificación. El argán produce frutos similares a las aceitunas, ricos en un aceite utilizado por las poblaciones bereberes como excelente alimento con un vago sabor a nuez. El aceite de argán tiene interesantes propiedades medicinales: tiene un contenido muy alto de ácidos grasos esenciales, entre los que predominan el ácido oleico y el ácido linoleico, así como flavonoides, tocoferoles (vitamina E), carotenoides y xantofilas, moléculas antioxidantes que confieren al aceite de argán un alto estabilidad frente a los procesos oxidativos, y que lo convierten en una válida protección frente a los radicales libres. El aceite de Argán, también conocido como oro del desierto, es un producto cosmético y comestible que se obtiene tras un proceso de secado de los frutos del árbol de Argán (Argania spinosa) expuestos al sol. Una vez secos, se extrae la semilla de la almendra manualmente y pasa a prensarse en frío.
Propiedades e Indicaciones Argán
El argán es antioxidante, antirradicalario, constituye una válida protección contra el estrés oxidativo. En Europa, el uso predominante es el cosmético, para el cuidado de la piel del rostro, cuerpo y cabello, debido a su marcada acción nutritiva, hidratante y antienvejecimiento. El aceite de argán, muy fluido y no graso, es útil para prevenir y contrarrestar el envejecimiento de la piel del rostro, cuello, escote y todo el cuerpo; está indicado para cabellos secos, finos, quebradizos, faltos de cuerpo y brillo, a los que aporta suavidad, elasticidad y vigor. Garantiza una válida acción antienvejecimiento, protección contra los radicales libres y, con la mayor oxigenación que estimula a nivel celular, es de válida ayuda contra la relajación de la piel, le da vitalidad y tono a la piel, dándole compacidad. Útil en caso de eccemas, enrojecimiento de la piel, pequeñas quemaduras, labios agrietados.
- Es recomendable para hidratar el cabello, aportándole brillo y suavidad y para las uñas, gracias al principio activo lupeol presente en su composición. Asimismo, es ideal como hidratante corporal, favoreciendo la restauración del manto hidrolipídico de la piel y al no engrasarla.
- No genera comedones, eflorescencia primaria del acné, por lo que es apto para pieles grasas con tendencia acnéica. No engrasa y penetra fácilmente en la piel.
- Es cicatrizante, por lo que es recomendable para ayudar a la cicatrización de quemaduras y heridas, así como para la prevención y disminución de estrías.
- El aceite de Argán es ideal para eliminar y prevenir los signos del envejecimiento cutáneo. Es decir, actúa como producto antiedad, disminuyendo y previniendo la aparición de arrugas y aportando luminosidad, flexibilidad y suavidad al rostro.
- Es muy adecuado para calmar eritemas, es decir, irritaciones cutáneas.
- Es antiséptico y antifúngico.
Para su aplicación, tanto en la piel de la cara o del cuerpo, como sobre las uñas o el cabello, hay que echar unas gotas en la palma de la mano y posteriormente masajear sobre la zona indicada. Si el producto se quiere aplicar sobre la piel del rostro o las uñas se untará el aceite de Argán con las yemas de los dedos, si por el contrario, se desea emplear sobre la piel corporal o el cabello habrá que utilizar la palma de la mano completa.
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