El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo FANS (fármacos antiinflamatorios no esteroideos)*, que se utiliza para aliviar dolores como dolor de cabeza, neuralgia, cólicos menstruales. El ibuprofeno es una molécula analgésica, antiinflamatoria y antipirética. En niños, el ibuprofeno también puede usarse como antipirético.

Dadas sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas, el ibuprofeno se utiliza para aliviar

El ibuprofeno se puede tomar en forma de comprimidos o gránulos efervescentes, siempre con alimentos. La dosificación varía según la edad del paciente y el efecto terapéutico deseado. Por ello es imprescindible seguir las instrucciones proporcionadas por el médico en el momento de la prescripción o, en el caso de que se tomen medicamentos de venta libre a base de este principio activo, las instrucciones que figuran en el prospecto. Además de las formulaciones para administración oral, también existen ungüentos para uso tópico, soluciones o polvos para duchas vaginales, ovulos para uso rectal y soluciones para inyecciones intramusculares.

Tomado en combinación con ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno reduce su acción cardioprotectora. Por lo demás, manteniéndose por debajo de la dosis máxima diaria de 1200 mg, el fármaco puede considerarse seguro en términos de riesgo cardiovascular. Los efectos secundarios reconocidos incluyen problemas gastrointestinales: náuseas vómitos dispepsia melena hematemesis dolor epigástrico diarrea estreñimiento calambres abdominales estomatitis ulcerosa empeoramiento de la colitis y la enfermedad de Crohn gastritis dolor epigástrico acidez estomacal enteropatía hemorragia gastrointestinal úlceras pépticas Se han notificado otros trastornos, como: mareos dolor de cabeza, irritabilidad tinnitus y otros trastornos auditivos, somnolencia, edema, hipertensión, insuficiencia cardíaca, erupción cutánea y otras erupciones cutáneas, mucositis, eritema, pigmentación de las uñas, prurito, angioedema, agranulocitosis, trombocitopenia, anemia aplásica, función hepática anormal, aumento de la bilirrubina total, problemas de visión, broncoespasmo, disnea, apnea, exacerbación del asma, deshidratación y cambios en la salivación. Más raramente, la toma de ibuprofeno se ha asociado con: agravamiento de la psoriasis alopecia, alteración de las pruebas de función renal, alteraciones del ciclo menstrual, amenorrea, anemia hemolítica, cistitis, colitis colágena, convulsiones, depresión, dermatitis, dificultad para concentrarse, duodenitis, hematuria, enteritis aguda, eosinofilia, hepatitis ampollosa eritema multiforme, esofagitis, glomerulonefritis, inflamación periorbitaria y enfermedad estreptocócica invasiva, insomnio, insuficiencia cardíaca, congestiva, insuficiencia hepática, insuficiencia renal, hipotensión aguda, ictericia, meningitis aséptica inducida por fármacos, necrosis hígado, necrosis papilar, necrosis tubular, neutropenia, palpitaciones, pancitopenia, pancreatitis, trombocitopenia, poliuria, proctitis, disminución del apetito, disminución de la hemoglobina y el hematocrito, rinitis, cambios de humor, ojos secos y boca seca, síndrome hepatorrenal, úlceras gingivales. Un estudio también sugirió que los AINE pueden aumentar el riesgo de linfoma no Hodgkin.

El ibuprofeno está contraindicado en caso de insuficiencia renal, enfermedad hepática y patologías del tracto gastrointestinal (como gastritis, úlcera y hemorroides con sangrado), enfermedades respiratorias, asma alérgica y embarazo (especialmente durante el tercer trimestre). También son posibles interacciones con algunos medicamentos, en particular con: inhibidores de la ECA y antagonistas de la angiotensina II (en caso de insuficiencia renal), ácido acetilsalicílico y AINE en general, antidiabéticos, antibacterianos, anticoagulantes cumarínicos, antihipertensivos, antivirales, cefuroxima y fenobarbital, cetirizina, ciclosporina, corticoides orales, diuréticos, Ginkgo biloba y kava, litio, digoxina y fenitoína, metotrexato, raloxifeno, ISRS tacrolimus, uricusúricos.