Las propiedades de absorción de la vitamina P son muy similares a las de la vitamina C. Los bioflavonoides se absorben rápidamente en el intestino y desde allí se liberan al torrente sanguíneo. Las cantidades en exceso se eliminan del cuerpo. La vitamina P no se considera tóxica, incluso en dosis altas. Los síntomas de deficiencia de vitamina P son muy similares a los de una deficiencia de vitamina C.

La vitamina P tiene la función principal de hacer que las paredes de los vasos sanguíneos sean menos permeables, normalizando el flujo sanguíneo en las venas y fortaleciendo las membranas celulares, ayudándolas a resistir la presión arterial. Los flavonoides son sustancias naturales de origen vegetal. Por lo tanto, están presentes en muchas frutas y verduras, a las que dan su color atrayendo insectos para la polinización. También protegen a las plantas de los rayos ultravioleta (UV), el estrés oxidativo y las plagas. Actualmente se conocen más de 6000 flavonoides y se cree que muchos de ellos también ofrecen una variedad de beneficios para la salud humana. Por ejemplo, pueden ayudar a prevenir enfermedades cardíacas, diabetes y otras afecciones, principalmente al actuar como poderosos antioxidantes. Los flavonoides no previenen enfermedades, sin embargo, contribuyen al bienestar general y a la prevención de enfermedades crónicas.

la epicatequina, un flavonoide que se encuentra en las uvas, los arándanos, el chocolate y el té, tendría el poder de potenciar la estructura del cerebro y aumentar la capacidad de aprendizaje y la memoria, porque mejora el flujo sanguíneo en el órgano y afecta positivamente la expresión génica. Por ahora, los resultados se han visto en animales de laboratorio alimentados con una dieta de epicatequina combinada con ejercicio.La llamada "vitamina P", concentrada en frutas y verduras, podría proteger el cerebro y mejorar el rendimiento intelectual. Muy coloridos y capaces de avivar las facultades mentales: son bioflavonoides, conocidos como vitamina P pero en realidad sustancias solubles en agua, que corresponden a los pigmentos de las plantas. De las 500 variedades naturales del grupo, algunas pueden proteger y hacer que el cerebro responda mejor.

Los flavonoides de los alimentos naturales también tienen propiedades antiinflamatorias. La inflamación crónica está relacionada con un mayor riesgo de cáncer, enfermedades neurológicas, trastornos metabólicos y enfermedades cardiovasculares. Controlar la inflamación a través del consumo de vitamina P puede ser una parte importante de la prevención de enfermedades. Los flavonoides, de hecho, reducen la producción de moléculas inflamatorias y disminuyen el reclutamiento y activación de células inflamatorias. También ayudan a regular la función celular y promueven la actividad antioxidante en el cuerpo. Los flavonoides también pueden apoyar los sistemas inmunológico y circulatorio.

Las fuentes naturales de "vitamina P" son los limones, las ciruelas, las moras, las grosellas negras, las sultanas, las toronjas, los albaricoques, las cerezas, la papaya, el melón, los escaramujos, el pimiento verde, el brócoli, las espinacas, los pimientos y el trigo sarraceno. La cebolla y el ajo aportan bioflavonoides considerados anticancerígenos y algunas hierbas, utilizadas en fitoterapia, compuestos antialérgicos; por el contrario, el polen de propóleos, un pigmento resinoso, puede desencadenar alergias.

Los antagonistas, que dificultan la absorción de estas sustancias, son el café, el humo, el estrés y algunos fármacos, como la aspirina y los antibióticos; en cambio la vitamina C, el calcio y el magnesio facilitan su asimilación. Los bioflavonoides fortalecen los capilares y disminuyen su permeabilidad, por lo que están indicados para prevenir hemorragias y roturas de pequeños vasos y establecer una barrera frente a infecciones. No se ha establecido una dosis recomendada de "vitamina P" porque los elementos del grupo no son tóxicos y, en caso de exceso, se eliminan a través de las vías urinarias y la transpiración.