Los principales responsables de las propiedades de la planta son los flavonoides, colina, acetilcolina, etilamina, ácido carbónico triterpénico y otros. Pero solo la acción combinada de todos ellos provoca los efectos positivos de la columna vertebral. No ha deducido que se trate simplemente como una suma de acciones hasta que es más que una potencia de las mismas. Es un excelente remedio para el corazón. Si los utiliza en los diferentes trastornos cardiocirculatorios de nuestra era. El uso necesariamente prolongado y en muchos casos continuado del mismo resulta totalmente inocuo, y los resultados son notables y muy convincentes. Ejerce en primer lugar su influencia favorable sobre el corazón de los ancianos, a los que reanima, tonifica y sana. Los fenómenos degenerativos seniles del miocardio y las variaciones irregulares de los vasos cardíacos con irrigación insuficiente desencadenan en los ancianos y en trance de envolvente cardiopática, que con una cura a base de espino mejoran notablemente. Algunas personas en un continuo exceso de tensión presentan síntomas prematuros de degeneración similares a los dolores cardiocirculatorios presentes en los años. Proporcione alimentos en estos casos y, lo que quizás sea más importante, sirva como medida preventiva. Los numerosos trastornos cardíacos incipientes que no se pueden llamar todas las enfermedades son la principal indicación de esta planta. 241 La insuficiencia miocárdica suele ocurrir después de enfermedades infecciosas graves. Los trastornos rítmicos del corazón mejoran también tras el tratamiento con la sole. Con su ayuda, se logra una mejora en el rendimiento cardíaco, lo que conduce a la normalización de la presión arterial alta. Contra la hipertension en sentido estricto no sirve esta planta. Hay casos en los que es posible que se produzca una elevación de la presión en el sentido de una normalización. De gran importancia es esta especie en el tratamiento después del infarto de miocardio, en tales casos puede ser imperativo mejorar la recuperación coronaria (de los vasos coronarios) y actuar inmediatamente favorablemente sobre las células miocárdicas en el sentido de un aumento de la actividad y una mejor nutrición. . De todos modos no es posible esperar resultados inmediatos. Té: Si se bebe 1/4 de litro de agua sobre 2 cucharaditas de flores y se deja reposar por 20 minutos. La dosis correcta es 1 taza de 2 a 3 veces al día.

Desde el siglo XI están documentados los efectos sobre el intestino de esta planta, que también se utilizan en medicina veterinaria para purgar animales. Hábitat: originario de Asia septentrional. Se ha diseminado por bosques y regiones montañosas de Europa y América. Descripción: arbusto espinoso de la familia de las Ramnáceas, situado de 3 a 5 m de altura. Sus flores son pequeñas, verdosas, con 4 pétalos cada una. Los frutos son unas bayas negras y carnosas, con 3 o 4 semillas cada cual.

Partes utilizadas: los frutos.

Propiedades e indicaciones: los frutos del espino cerval son ricos en glucósidos antraquinónicos, a los que debe tener su acción purgante enérgica (catártica), de la que sigue el eminente botánico Font Quer «no falla jamás». No hay quien resista sin evacuar, después de haber ingerido unos cuantos frutos de espino cerval. También proporcionan cierto efecto diurético. Se administran como coadyuvantes en tratamientos antihelmínticos, con el objetivo de favorecer la expulsión de los gusanos.

Uso: si se toma un puñado de frutos maduros, y del jugo obtenido, que se puede endulzar con miel o azucar, se toman 2 o 3 cu-charadas operas por la mañana. En jarabe, que se obtiene añadiendo al jugo fresco en el mismo peso en azúcar, y haciendo fuego lento hasta que se gaste; tomar de 3 a 6 cucharadas diarias. Precauciones: si debe usarse con prudencia, se decide, en dosis bajas, por lo que en grandes cantidades puede provocar fuertes réplicas, vómitos, e incluso hemorragias intestinales.

Es relativamente fácil confundir este arbusto con el cerval, otra planta de la misma familia, muy iguales ambas en cuanto a su morfología. Solía ​​ser criar en peñascos, entre rocas y en general en cualquier zona rupestre de suelos ricos en cal. Los frutos contienen glucósidos específicos como xanthorramina, rhamnacina y quercetina, todos ellos de color amarillo. Estos compuestos son de conocida actividad purgante, al igual que los que se obtienen del espino cerebral.