El aminoácido glicina podría ser uno de los elementos clave en la regulación del estado de ánimo, según se desprende de un reciente trabajo publicado en Science por un grupo de investigadores de la Universidad de Florida. Desde hace algún tiempo, el equipo investiga la dinámica de la transmisión de señales intracelulares en el cerebro, para intentar comprender mejor los mecanismos relacionados con la memoria, la visión y el comportamiento. Hace ya 15 años que identificaron un receptor, llamado Gpr158, implicado en la depresión inducida por el estrés, verificando cómo los ratones privados del gen de ese receptor eran decididamente más resistentes a los estímulos estresantes. De ahí la curiosidad por entender qué molécula era capaz de interactuar con Gpr158 y modular su actividad. El punto de inflexión se produjo en 2021, cuando un análisis del receptor reveló su estructura, permitiendo identificar el perfil del ligando: dónde estar un aminoácido. Se inició así la búsqueda de posibles candidatos, pero sólo uno resultó compatible: la glicina, de hecho. Otra sorpresa: el efecto del vínculo fue de tipo inhibidor, abriendo así las puertas, según los autores, a estudios clínicos para verificar posibles implicaciones terapéuticas. "Hay pocos medicamentos disponibles para las personas con depresión y la mayoría tardan semanas en hacer efecto", explican los autores. “Se necesitan urgentemente nuevas y mejores opciones para lo que se perfila como una de las necesidades sanitarias más apremiantes del mundo. El número de pacientes deprimidos ha aumentado en los últimos años, especialmente entre los adultos jóvenes: la glicina y el receptor Gpr158 podrían abrir el camino a nuevas esperanzas de curación".

A menudo no basta con eliminar los hidratos de carbono de la dieta en el caso de tumores sólidos, sino que también es preferible reducir las proteínas al mínimo, incluso en torno a 1 g por kg de peso corporal al día. Esto se debe a que la gran mayoría de los tumores también pueden utilizar el aminoácido metionina con fines energéticos.

De hecho, el ayuno siempre ha sido un arma excelente en la lucha contra los tumores, pero resulta poco práctico a largo plazo, ergo restricción proteica.

Pero una dieta baja en proteínas y normal en calorías suele ser mal tolerada debido a la gran cantidad de grasa. Sin embargo, parece que se puede conseguir el mismo efecto de reducción de proteínas aumentando la glicina, que es el principal aminoácido del colágeno, una proteína contenida en la piel, los tendones y el tejido conectivo.

El aumento de glicina reduce la disponibilidad de metionina a través de la enzima glicina N-metiltransferasa (GNMT), induciendo autofagia y también eliminando la metionina como fuente de sustento del tumor.