El extracto de té verde es particularmente conocido por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes naturales. El ingrediente activo más importante es el galato de epigalocatequina (EGCG), que protege las células del daño oxidativo y es capaz de interferir con la expresión de enzimas que digieren los tejidos conectivos. Esta última función es particularmente importante en los procesos oncogénicos. El efecto antioxidante del extracto de té verde no sólo es directo en la neutralización de especies reactivas de oxígeno; es capaz de aumentar la expresión de enzimas con acción antioxidante. Los beneficios del té verde también se encuentran en la función endotelial y la circulación sanguínea.

El zinc es un cofactor mineral que participa en diversas reacciones enzimáticas del metabolismo. También es conocido por sus propiedades beneficiosas sobre la próstata. También juega un papel importante en la regulación del sistema inmunológico y de las hormonas sexuales y en el control natural de la hipertrofia e hiperplasia prostática. Los mecanismos propuestos se refieren a la modulación de los niveles de testosterona y DHT. El zinc, concretamente en forma de sulfato de zinc, contribuye al control de las infecciones y la inflamación de la próstata. El zinc puede contribuir a la producción endógena de enzimas antioxidantes, que protegen las células de la próstata del daño oxidativo.

El romero es un antioxidante muy potente que, entre otras cosas, puede utilizarse como agente protector contra la próstata. El ácido rosmarínico es conocido por sus propiedades antioxidantes, ya que ayuda a neutralizar las especies reactivas de oxígeno. También disfruta de propiedades antiinflamatorias naturales. Estudios recientes sugieren un papel protector del romero frente a los procesos oncogénicos que pueden ocurrir a nivel de las células de la próstata. Los compuestos bioactivos contenidos en el extracto de romero pueden ayudar a mejorar la circulación sanguínea: una condición que puede ser útil para promover el suministro normal de oxígeno y nutrientes a, entre otras cosas, las células de la próstata. No se encuentran problemas particulares.

La vitamina C es un poderoso antioxidante que ayuda a proteger las células de la próstata del daño oxidativo. Es extremadamente importante para preservar la función inmune normal y, en consecuencia, su uso tiene una justificación en el tratamiento natural de los trastornos de la próstata. La vitamina C es un cofactor que coopera sinérgicamente con extractos de plantas y minerales, como el zinc, el selenio y el manganeso. Las investigaciones han demostrado que la vitamina C puede ser útil en procesos oncogénicos, así como en los síntomas de la hipertrofia prostática benigna. Baste decir que una ingesta adecuada de vitamina C favorece activamente la producción de colágeno, una proteína fundamental para la integridad de los tejidos conectivos y de la matriz extracelular. El selenio y el manganeso son dos cofactores implicados en la actividad antioxidante endógena y en la neutralización de los radicales libres. Estos mecanismos pueden resultar útiles para proteger las células de la próstata de su disfunción, normalizando el funcionamiento de la glándula. Además, el selenio es especialmente eficaz en casos de trastornos del sistema inmunológico.

La N-Acetil-Cisteína es un precursor del glutatión, un antioxidante que nuestras células son capaces de producir de forma autónoma. Una característica importante de esta molécula es su contenido en azufre, que es capaz de ejercer una acción antioxidante y antiinflamatoria natural. Existe evidencia respecto al uso de N-acetil-cisteína en el control natural del agrandamiento prostático, con sus síntomas asociados. La N-acetil-cisteína tiene la capacidad de aumentar la producción endógena de glutatión, favoreciendo, entre otras cosas, los procesos normales de desintoxicación del organismo.

Gatùna. Está indicada en la cistitis, infecciones urinarias, cálculos renales (puede disolverlos), arenillas, edemas (retención de líquidos en los tejidos) y afecciones prostáticas.

Lespedeza. Su uso está indicado en estados en los que se requiera un aumento de la diuresis: afecciones genitourinarias (cistitis, ureteritis, uretritis, pielonefritis, oliguria, urolitiasis), hiperazotemia, hiperuricemia, gota, hipertensión arterial, edemas, sobrepeso acompañado de retención de líquidos. Prostatitis, adenoma benigno de próstata.

Pigeum. Para el tratamiento de la hipertrofia prostática benigna, se ha estudiado y utilizado una dosis diaria de 75 a 200 miligramos de extracto de pigeum estandarizado por vía oral, en una toma única o dividida en dos dosis iguales.

Semillas de calabaza. Las semillas de calabaza, especialmente su germen, contienen hasta un 35% de aceite; prótidos ricos en aminoácidos esenciales; y cucurbitacina. La cucurbitacina contenida en las semillas de calabaza actúa en particular sobre la próstata, desinflamándola y frenando su hipertrofia (crecimiento excesivo). Esto se debe a que la cucurbitacina bloquea la división de las células glandulares de la próstata (acción antimitótica), con lo que frena el crecimiento de esta importante glándula. Sin embargo, hay que tener presente que si bien las semillas de calabaza pueden frenar el crecimiento de la próstata y con ello, aliviar las molestias citadas, en ningún caso pueden hacer desaparecer el crecimiento excesivo ya formado.

Soja. El B-sitosterol, un esteroide que también se encuentra en la soja, se utiliza clínicamente para el tratamiento del adenoma prostático.

Tuya occidental. En la confirmación del caso de Hahnemann, Dudgeon reportó uretritis aguda con secreción amarilla que duró dos semanas como resultado de masticar un cono de Thuja. Se ha informado en la literatura que el extracto de semilla de Thuja inhibe la 5 alfa-reductasa, que es la enzima fundamental para la transformación de la testosterona en dihidrotestosterona, el objetivo tradicional de los medicamentos para la hipertrofia prostática.

Vara de oro. Cistitis y afecciones prostáticas: proporciona una acción antiinflamatoria sobre los órganos urinarios. Calma las molestias de la micción.