A menudo oímos hablar de la dieta cetogénica porque esta dieta, seguida por muchos deportistas y personajes famosos, permite perder peso y obtener un físico esculpido y tonificado. El punto fuerte de la dieta cetogénica es su capacidad para reducir la grasa corporal y así lograr una rápida pérdida de peso. siguen la dieta cetogénica deben consumir alimentos ricos en proteínas y grasas buenas, mientras que los carbohidratos deben eliminarse casi por completo: de esta forma, el organismo se ve obligado a utilizar las grasas de reserva como fuente de energía. Aunque se trata de un patrón de alimentación muy eficaz para perder peso, la dieta cetogénica no debe seguirse durante mucho tiempo y sin supervisión médica porque podría provocar deficiencias de nutrientes y problemas de salud.

La dieta cetogénica se llama así porque se basa en un proceso fisiológico llamado cetosis: en la práctica, el cuerpo, al no recibir una cantidad suficiente de carbohidratos, toma energía de las grasas. Esta condición, sin embargo, produce unas moléculas, llamadas cuerpos cetónicos, y si esto sucede durante mucho tiempo pueden surgir diversos problemas. El organismo suele alcanzar el estado de cetosis cuando se introducen carbohidratos que no superan los 30 g al día. No se pueden consumir carbohidratos ni azúcares, es decir, alimentos como cereales, legumbres, maíz, patatas y calabazas, frutas y harinas, mientras que se llevan a la mesa principalmente alimentos ricos en proteínas como carne, pescado, huevos y quesos. Sin embargo, también se permiten grasas buenas, como el aceite de oliva virgen extra, el aceite de coco, el aguacate y los frutos secos. La dieta cetogénica no se basa en la restricción calórica, sino únicamente en la elección de los alimentos. Por eso, para reponer nutrientes y preparar deliciosas recetas, se recomienda adquirir alimentos proteicos como los que se pueden encontrar en el sitio

La dieta cetogénica, como se mencionó anteriormente, se basa en la cetosis y este proceso fisiológico sólo debe mantenerse por períodos cortos. De hecho, es una condición que puede resultar perjudicial para el organismo. La dieta cetogénica, por tanto, está reservada a personas que gozan de buena salud y debe seguirse bajo la estricta supervisión de un especialista. Además, es mejor no prolongar esta dieta y seguirla durante menos de tres semanas. Al iniciar la dieta cetogénica, especialmente en los primeros días, es posible que te encuentres luchando con pequeñas dolencias como sensación de agotamiento, sensación de confusión y náuseas, todas ellas provocadas por la reducida cantidad de carbohidratos. Normalmente, si no se tienen problemas de salud, este estado temporal se sustituye por una sensación de fuerza y ​​bienestar, pero no todo el mundo puede seguir esta dieta. Por ejemplo, la dieta cetogénica puede no ser adecuada para quienes padecen trastornos metabólicos, para personas con funciones renales y hepáticas reducidas. Además, en las primeras semanas puede haber un aumento de la diuresis y, por tanto, si está en tratamiento con fármacos, es necesario consultar a su médico y eventualmente ajustar la dosis.

“Estos textos no deben entenderse como indicaciones para el diagnóstico y tratamiento de estados patológicos, por lo que siempre es recomendable contactar con su médico”