Infarto de miocardio
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Infarto de miocardio
Un infarto de miocardio, también llamado ataque cardíaco, puede ser fatal. Esto ocurre principalmente cuando las personas confunden sus síntomas con una enfermedad menos grave, como una indigestión, y retrasan la visita al hospital. El infarto de miocardio (o miocardio) ocurre cuando un trombo (coágulo de sangre) interrumpe repentinamente el flujo de sangre dentro de una arteria coronaria (vaso sanguíneo que transporta sangre a parte del músculo cardíaco). La interrupción del flujo sanguíneo al corazón, durante minutos y horas, puede dañar o destruir (necrosis) una parte del músculo cardíaco (miocardio). Sin embargo, si el flujo sanguíneo se restablece rápidamente, el daño al corazón puede limitarse o incluso evitarse. Un infarto de miocardio, también llamado ataque cardíaco, puede ser fatal. Esto ocurre principalmente cuando las personas confunden sus síntomas con una enfermedad menos grave, como una indigestión, y retrasan la visita al hospital. Por tanto, para reducir la mortalidad es fundamental que el paciente o sus familiares reconozcan oportunamente los síntomas para activar los servicios de urgencia y las estrategias terapéuticas urgentes relacionadas (farmacológicas y sobre todo reperfusión mecánica con angioplastia).
¿Cuáles son los síntomas de un ataque cardíaco?
Los síntomas más frecuentes del infarto de miocardio incluyen:
- Opresión en el pecho, sensación de plenitud o dolor punzante (tensor) en el centro del pecho que dura minutos (generalmente más de 20) sin interrupción y sin respuesta a medicamentos como los nitratos tomados por vía sublingual.
- Dolor que se extiende más allá del pecho hasta el hombro, el brazo, la espalda o incluso hasta los dientes y la mandíbula.
- Episodios de dolor en el pecho que aumentan en frecuencia (número de episodios por día) e intensidad.
- Dolor prolongado en la parte superior del abdomen y en la "boca del estómago"
- Náuseas y vómitos
- Dificultad para respirar
- Transpiración
- Sensación de desmayo
Sin embargo, no todas las personas que sufren un infarto presentan los mismos síntomas ni los experimentan con la misma intensidad. Muchos ataques cardíacos no son tan dramáticos como los representados en la imaginación colectiva e incluso algunos ataques cardíacos pueden desarrollarse sin que el sujeto presente ningún síntoma (ataque cardíaco "silencioso" o "no reconocido"). Sin embargo, cuantos más síntomas (dolor opresivo prolongado en el pecho) y signos (sudor, agitación, etc.) experimente, más probabilidades tendrá de sufrir un ataque cardíaco.
¿Se puede predecir un infarto?
¿Es posible predecir un infarto? Aparentemente existe realmente una manera de saber si estás a punto de sufrir un ataque cardíaco. Si se confirma el descubrimiento, podría ser uno de los logros más interesantes en cardiología. La señal de un infarto inminente probablemente esté contenida en algunas células sanguíneas que cambian de forma. Investigadores estadounidenses analizaron la sangre de personas víctimas de infartos y observaron que las células del tejido endotelial, es decir, las que recubren las paredes del corazón y sus grandes vasos, se vuelven más grandes y presentan malformaciones. Se trata de un indicador muy preciso y por ello ya se han iniciado estudios para desarrollar un análisis de sangre que identifique a los pacientes con riesgo cardíaco o aquellos que tienen células en proceso de modificación. De hecho, la posibilidad de predecir si una persona está en riesgo de sufrir un infarto es una posibilidad muy importante, porque la prevención con mucha antelación es la única manera de reducir significativamente el porcentaje de población afectada por un infarto. Esperamos que los resultados de este estudio marquen el camino correcto para llegar a una solución rentable al problema.
Factores de riesgo
Un infarto de miocardio ocurre cuando una o más arterias que transportan sangre rica en oxígeno al corazón (arterias coronarias) se cierran. Con el tiempo, una arteria coronaria puede estrecharse debido a la acumulación de colesterol (“placa”). El proceso que conduce a la acumulación de colesterol en las arterias de todo el cuerpo se llama aterosclerosis. Durante un ataque cardíaco, una de las placas coronarias se rompe y se forma un trombo (coágulo) en el sitio de la ruptura que, si es lo suficientemente grande, puede bloquear completamente el flujo de sangre dentro de la arteria coronaria. Cuando las arterias coronarias de una persona se estrechan debido a la aterosclerosis, se llama enfermedad de las arterias coronarias (enfermedad coronaria). La enfermedad de las arterias coronarias es la causa subyacente de la mayoría de los ataques cardíacos. Una causa poco común de ataque cardíaco es el espasmo de una arteria coronaria que interrumpe el flujo sanguíneo a parte del miocardio. Algunas drogas, como la cocaína, pueden provocar este espasmo tan peligroso. Otra causa poco común de infarto es la embolización coronaria, es decir, la oclusión de una arteria coronaria por trombos que se han desprendido de otras partes del cuerpo y han llegado al corazón a través de la circulación sanguínea. Ciertos factores contribuyen al daño arterial y la posterior acumulación de depósitos de grasa (aterosclerosis) que estrechan las arterias de todo el cuerpo, incluidas las arterias del corazón (coronarias). Estos se denominan "factores de riesgo cardiovascular".
Gestionar los factores de riesgo es fundamental para reducir la probabilidad de sufrir un primer infarto o una recurrencia. Los factores de riesgo cardiovascular son:
- Edad
- Sexo
- Fumar
- Diabetes mellitus
- La diabetes
- Hipertensión
- Sobrepeso
- Estilo de vida sedentario
- Obesidad
- Estrés
- El consumo de drogas
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