Sucralosa
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Aspartame en productos: no es necesaria la retirada, pero los consumidores deben moderar su consumo
Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han destacado que una sustancia química presente en uno de los edulcorantes artificiales más utilizados en el mundo puede romper nuestro ADN. El edulcorante en cuestión es la sucralosa, un edulcorante sin calorías que se utiliza para sustituir el azúcar en muchos alimentos, bebidas e incluso productos farmacéuticos. También se puede encontrar en chicles, jaleas, caramelos y productos de panadería (donde dice "sin azúcar" siempre es buena idea aclarar en la etiqueta qué ingredientes se utilizan como alternativa). Los autores del estudio, que se publicó el pasado mes de mayo en el Journal of Toxicology and Environmental Health y que fue realizado por la profesora Susan Schiffman y su equipo, escriben que la sucralosa ha obtenido la aprobación regulatoria en América del Norte, Europa, Asia y Estados Unidos, especificando que la aprobación regulatoria y la definición de la IDA (ingesta diaria admisible) se basaron en estudios históricos realizados durante los años 1980 y principios de los 1990 en ratas, ratones, perros, conejos y humanos y finalmente publicados en parte en 2000. “Sobre la base de estos declaraciones históricas” – leemos – “el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) estableció una IDA de 15 mg/kg de peso corporal/día para humanos. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) ha establecido una IDA más baja de 5 mg/kg de peso corporal/día”. Sin embargo, una investigación independiente sería contraria a los estudios de seguridad históricos. Continuando con la lectura de este trabajo científico, de hecho, está escrito: "Muchas investigaciones científicas posteriores a la aprobación regulatoria no corroboran ninguna de las primeras 6 declaraciones históricas sobre el destino biológico o la seguridad de la sucralosa". En este punto los autores mencionan estudios en humanos y animales que han demostrado que la ingestión de sucralosa puede alterar el equilibrio normal de las bacterias en el intestino y alterar negativamente las concentraciones sanguíneas de glucosa e insulina. Además, se refieren a los “cloropropanoles”, compuestos potencialmente tóxicos que se forman con el calor cuando se usa sucralosa para cocinar. Por último, con este reciente trabajo demuestran que las sustancias químicas de la sucralosa pueden influir en nuestras células a un nivel aún más profundo, dañando el ADN (también hubo un estudio italiano realizado en 2016 por Morando Soffritti del Instituto Ramazzini, que había puesto de relieve los efectos cancerígenos efecto de este edulcorante en ratones, estudio que luego fue rechazado por EFSA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). ¿Qué sucede esencialmente cuando se ingiere sucralosa? Cuando este edulcorante se descompone en el intestino, nuestras bacterias intestinales lo transforman en una molécula estructuralmente similar llamada sucralosa-6-acetato (una sustancia que también se encuentra en pequeñas cantidades en el edulcorante antes de consumirlo y metabolizarlo). Según escriben los autores del estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, el 6-acetato de sucralosa es genotóxico. Leemos que llevaron a cabo sus investigaciones en tubos de ensayo y observaron la aparición de mutaciones genotóxicas después de poner la sucralosa en contacto con células intestinales y sangre humana: en el primer caso encontraron el llamado síndrome del intestino permeable, en el segundo el daño del ADN de las células sanguíneas. Además, los investigadores escriben que "el metabolito es capaz de activar genes relacionados con procesos inflamatorios y cancerígenos", subrayando que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria dispone de un umbral de alarma toxicológica para sustancias genotóxicas estimado en 0,15 microgramos diarios por persona. A este respecto, señalan, sin embargo, que las trazas de 6-acetato de sucralosa en una única bebida diaria endulzada con sucralosa pueden superar este umbral "en 4 órdenes de magnitud o más". Finalmente concluyen con estas palabras: “Los 8 proyectos realizados en este estudio se suman a la extensa y creciente literatura científica que informa sobre los impactos biológicos adversos atribuidos a la exposición a la sucralosa. En la presente investigación, se descubrió que el 6-acetato de sucralosa, una impureza y metabolito de la sucralosa, era genotóxico con un MoA clastogénico asociado con la inducción de roturas del ADN. La exposición del epitelio intestinal in vitro a concentraciones mM tanto de sucralosa-6-acetato como de sucralosa en ausencia de bacterias intestinales comprometió la integridad de la función de la barrera intestinal. El acetato de sucralosa-6 indujo la expresión de genes en el epitelio intestinal asociados con la inflamación, el estrés oxidativo y el cáncer, incluidos MT1G y SHMT2. El acetato de sucralosa-6 también bloqueó dos miembros de la familia del citocromo P450 (CYP1A2 y CYP2C19) que metabolizan compuestos tanto endógenos como xenobióticos, lo que en consecuencia podría provocar exposiciones toxicológicas adversas. Estos hallazgos plantean preocupaciones de salud y seguridad con respecto a la presencia continua de sucralosa en el suministro de alimentos e indican que es necesario realizar una revisión del estado regulatorio”.
Palabras que nos hacen reflexionar también porque, dada la difusión de este edulcorante, parece fácil afrontar una dosis cada vez mayor y por tanto una exposición continua y excesiva del organismo a esta sustancia.
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