Exerquinas
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Adipocinas, mioquinas y exerquinas
Las exerquinas son moléculas de señalización liberadas como respuesta al ejercicio físico, ya sea de forma aguda o crónica. Estas moléculas ejercen sus efectos a través de vías endocrinas, paracrinas y/o autocrinas. Se consideran factores humorales que son secretados al torrente sanguíneo o liberados fuera de la célula a través de vesículas en respuesta al ejercicio. Las mioquinas aportan cientos de beneficios en el organismo confirmando una íntima relación entre los músculos y el resto de tejidos corporales. El reconocimiento del músculo esquelético como un órgano endocrino es relativamente reciente, hace algo más de 20 años, pero sin embargo, no deja de sorprender el ritmo de aparición de nuevas “mioquinas”, término ideado allá por el año 2000 por Bente Pedersen. Cuando hablamos de mioquinas, hacemos referencia a esas citoquinas expresadas por el tejido muscular, que cumplen acciones autocrinas, paracrinas y endocrinas, actuando como hormonas. Sin embargo, al hablar de mioquinas, no solo nos referimos a que estas sean expresadas por células musculares, ya que cuando hablamos de tejido muscular, ello contempla también células del sistema inmune como macrófagos, células endoteliales, fibroblastos e incluso adipocitos.
La inflamación es una respuesta natural y con función protectora de nuestro organismo frente a infecciones y daños. No obstante, a pesar de ser un mecanismo necesario, cuando es crónica se asocia con deterioros relacionados con la edad y patologías. Durante un estado de inflamación crónica, aun siendo éste leve, se liberan mediadores inflamatorios y se activan mecanismos de señalización de daño en nuestro organismo que se relacionan con el desarrollo de enfermedades como cáncer, enfermedades degenerativas, daños a nivel de los vasos sanguíneos y enfermedades neurológicas. Estudios recientes han demostrado que la actividad física tiene efectos beneficiosos sobre la secreción de mioquinas que ejercen efectos beneficiosos sobre el tejido adiposo y el sistema cardiovascular. Este aumento de secreción de mioquinas en respuesta al ejercicio físico parece tener propiedades antiinflamatorias, neuro protectoras y neurogénicas. Durante el ejercicio nuestros músculos se contraen y se generan pequeñas lesiones en las fibras musculares. En el año 2000 se descubrió que, como respuesta a estas lesiones, se libera la interleuquina-6 (IL-6), una proteína que actúa como una señal en el cuerpo. Hasta entonces, que se liberase la IL-6 se consideraba preocupante, porque se creía que era solo una molécula inflamatoria. Sin embargo, en varios estudios se observó que, en realidad, lejos de ser dañina, esta molécula era una especie de árbitro que, cuando hay juego peligroso, señala la falta para que pueda ponerse orden en el campo. Actúa como una señal inflamatoria para indicar el daño muscular y estimular la reparación, pero al mismo tiempo puede tener efectos antiinflamatorios para limitar que el tejido se inflame demasiado.
Estas moléculas, como la IL-6, que genera nuestro cuerpo con el ejercicio físico se engloban dentro de las llamadas adipocinas, mioquinas y exerquinas. Quinas viene del griego kein, "movimiento". Son las moléculas del movimiento, que se liberan en el músculo al hacer ejercicio físico, pero también en distintos órganos. Dependiendo de dónde se liberen tendrán un nombre u otro: mioquinas (músculo esquelético), cardioquinas (corazón), hepatoquinas (hígado), adipoquinas (tejido adiposo blanco), baptoquinas (tejido adiposo pardo), neuroquinas (neuronas), etc. Estas adipocinas, mioquinas y exerquinas que libera nuestro cuerpo en respuesta al ejercicio físico de una determinada intensidad tienen el potencial de combatir enfermedades cardíacas, problemas cognitivos, diabetes tipo 2, obesidad y hasta el cáncer. Además, pueden ayudarnos a vivir más tiempo y con mejor calidad de vida. Suena a ciencia ficción, pero es verdad de la buena. O mejor dicho, ciencia de la buena. Si estuvieran a la venta, pagaríamos fortunas por ellas y haríamos colas para comprarlas..., ¡incluso más largas que las de Doña Manolita! El único problema es que las superkinas no están a la venta... ¡hay que ganárselas!
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