Metástasis
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Metástasis
Las metástasis son células malignas que se desprenden del tumor original y se diseminan a otros órganos donde pueden reproducirse y generar nuevos tumores.
Un tumor es una masa formada por células que en la mayoría de los casos presentan alteraciones en el ADN y que se multiplican desproporcionadamente sin responder a los mecanismos de control del organismo. Las células cancerosas pueden adquirir la capacidad de migrar: se separan de las células vecinas, penetran en la llamada matriz que las rodea, un tejido estructural y de soporte, y encuentran una vía de escape. En algunos casos una de estas células encuentra las condiciones favorables para sobrevivir y multiplicarse en otra localización, dando lugar así a una nueva masa de células tumorales, la metástasis. Las metástasis están formadas por células tumorales que suelen ser similares a las del tumor primario del que derivan. Por ejemplo, si se observan bajo un microscopio las células de la metástasis de un tumor de colon que ha crecido en el hígado (metástasis hepática), estas células se parecerán mucho más a las células del colon que a las del hígado. Sólo las células de los tumores malignos, y no las de los tumores benignos, son capaces de metastatizar. Cuando un tumor primario se ha diseminado por todo el cuerpo formando metástasis, se denomina enfermedad metastásica. La presencia de metástasis indica que el tumor es agresivo y ya ha alcanzado un estadio avanzado.
¿Todos los tumores pueden metastatizar?
La capacidad de metastatizar es la característica que distingue un tumor maligno de uno benigno. Sin embargo, el desarrollo de metástasis depende de muchas variables que van desde las características genéticas de la enfermedad, pasando por el tipo de órgano afectado hasta la disponibilidad o proximidad de vías de diseminación. En consecuencia, la capacidad de colonizar otros órganos varía mucho de un tumor a otro.
¿Es posible prevenir las metástasis?
Desafortunadamente, no existen sistemas de prevención activa ni comportamientos particulares que los pacientes con cáncer puedan implementar para prevenir la formación de metástasis, aparte de la sugerencia de seguir los mismos estilos de vida recomendados para la prevención del cáncer. Es importante someterse periódicamente a controles programados por los médicos para detectar lo antes posible los signos de una posible recurrencia de la enfermedad. La colonización de otros órganos por células enfermas depende de factores genéticos y moleculares. Muchos investigadores están intentando identificar las moléculas responsables de las metástasis: bloqueándolas se espera que algún día podamos bloquear el proceso de propagación de la enfermedad de la que depende la mayoría de las muertes por cáncer.
¿Cuáles son las terapias contra las metástasis?
Las terapias para tratar un tumor metastásico dependen del tipo de tumor de origen, pero también de la localización y tipo de metástasis, así como del estado general del paciente. Generalmente, el tratamiento del cáncer metastásico tiene como objetivo mantener la enfermedad bajo control y reducir sus síntomas. Según el caso, es posible recurrir a terapias sistémicas como la quimioterapia clásica, la terapia hormonal, las terapias moleculares dirigidas o la inmunoterapia. La radioterapia y la cirugía también se pueden utilizar para tratar las metástasis. En particular, la radioterapia es útil para bloquear la enfermedad que se propaga a sitios críticos como el cerebro, los pulmones o los huesos, o para controlar los síntomas que afectan la calidad de vida del paciente, como, por ejemplo, el dolor resultante de las metástasis óseas. La cirugía sólo puede realizarse en casos de metástasis localizadas y limitadas, también con fines paliativos en el caso de que generen dolor u otros trastornos por la compresión de determinados órganos. En algunos casos, como cuando las metástasis están localizadas en el hígado, es posible recurrir a tratamientos localizados, ablaciones con láser, microondas o radiofrecuencia, radioembolizaciones, etc. Las metástasis son en gran medida refractarias a la mayoría de las terapias contra el cáncer estándar y representan la principal causa de muerte por cáncer, especialmente cuando las células tumorales hacen metástasis en el cerebro. De hecho, en la gran mayoría de los casos, los pacientes con cáncer no mueren a causa del cáncer principal, sino a causa de sus metástasis. La fermentación de glucosa en condiciones anaeróbicas o aeróbicas (efecto Warburg) es una característica metabólica común de la mayoría de las células tumorales metastásicas. La dieta cetogénica alta en grasas y baja en carbohidratos (cetogénica terapéutica) es una terapia metabólica que reduce los niveles de glucosa en sangre aumentando los niveles de cuerpos cetónicos no fermentables. Cuanto mayor sea el nivel de cetonas y menor el nivel de glucosa, mayor será la supervivencia del tumor.
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