La droga se compone de los estigmas de Crocus sativus (familia Iridaceae), una planta herbácea perenne originaria de las zonas montañosas de Irán y Afganistán, ahora cultivada en toda la zona del Mediterráneo; ya era conocida desde la antigüedad por sus propiedades medicinales, así como por sus propiedades aromáticas y colorantes, que aún son muy apreciadas. El azafrán se remonta a la época de los fenicios (Capo Teulada, localidad de la costa sur de la isla, no en vano significa "cabeza de azafrán"). El nombre deriva del árabe "Za' feràn", término que indica el color amarillo de la droga. La floración se produce entre octubre y noviembre y la recolección se realiza a primera hora de la mañana, para evitar que el sol disperse los principios activos, que dan al azafrán su perfume, su sabor particular y por tanto su valor, que es bastante elevado si se consideramos que, para obtener 5 kilos de estigmas frescos, se estima que se necesitan 100.000 flores y que estas, con el secado, se reducen a la sexta parte de su peso. Los estigmas frescos son poco aromáticos e insípidos pero, al secarse, forman la droga con el aroma característico.

El azafrán es eupéptico, emenagogo, carminativo, sedante uterino. Localmente, tiene propiedades sedantes para el dolor de encías (tintura). Encuentra indicación para dispepsia gástrica, dolor menstrual, fermentación intestinal. Localmente está indicado en gingivitis. Las propiedades medicinales del azafrán, aunque reconocidas durante mucho tiempo por la medicina, ya no se explotan hoy en día como antes, sino que se limitan a su uso como eupéptico y en algunos preparados galénicos. Todavía se usa como agente colorante, por ejemplo en mantequilla, pasta y todos los usos culinarios. Se utiliza en fitoterapia en el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo, como sedante y antiespasmódico con actividad antihelmíntica, eficaz contra el mareo por movimiento. De hecho, sus principios activos al regular la producción de ciertos neurotransmisores cerebrales responsables del estado de ánimo (como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina), son capaces de apaciguar la ansiedad.

Los preparados concentrados de azafrán no se recomiendan durante el embarazo, ya que pueden provocar contracciones uterinas. Las aplicaciones del azafrán para el tratamiento de los trastornos antes mencionados no están aprobadas ni avaladas por los controles experimentales adecuados, o no los han superado. Por ello, podrían carecer de eficacia terapéutica o incluso ser nocivos para la salud.