Flavonoides
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Flavonoides
Son metabolitos que se producen en grandes cantidades en vegetales: son más de 1.000 compuestos químicamente diferentes. En un primer momento se les denominó vitamina P, pero finalmente se descartó esta nomenclatura porque difieren significativamente en sus fórmulas químicas y en sus funciones. Todavía se pueden encontrar referencias a la vitamina P pero, “los textos académicos más rigurosos y fiables sobre vitaminas no reconocen a los flavonoides como vitaminas”. Generalmente, los flavonoides se subdividen según la posición en el anillo C a la que se une el anillo B y según el grado de insaturación y oxidación del anillo C. Los flavonoides también están contenidos en el propóleo, un producto apícola con interesantes propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, cicatrizantes e inmunoestimulantes.
Según el carbono del anillo C al que está unido el anillo B, se pueden distinguir:
Flavonoides o bioflavonoides en los que el anillo B está unido al carbono número 2 del anillo C (la estructura química es la que se indica en la figura anterior).
Isoflavonoides, en los que el anillo B está unido al carbono número 3 del anillo C (posición 3).
Neoflavonoides, en los que el anillo B está unido al carbono número 4 del anillo C (posición 4).
Los innumerables flavonoides que existen se suelen clasificar en seis familias principales: isoflavonoides, flavanoles, flavonas, flavonoles, proantocianidinas Y antocianidinas.
Antocianinas: Bayas, cerezas, uvas rojas, cebollas rojas; Fortalecen las capacidades antioxidantes, preservan la función cerebral. las antocianinas (por ejemplo, cianidina), bien conocidas porque son las responsables de la pigmentación azul-púrpura de algunas plantas, flores y frutos (por ejemplo, arándano, uva roja, grosella negra, etc.)
Proantocianidinas: té verde, cacao, manzanas, uvas rojas, arándanos, vino tinto; Tienen propiedades antiinflamatorias, promueven la salud de los vasos sanguíneos y del tracto urinario, la elasticidad de la piel y la circulación sanguínea.
Flavanonas: Frutos del género cítrico como el pomelo con naringina (ejemplar más conocido de esta categoría); Protegen contra el estrés oxidativo, aumentan las defensas celulares.
Flavonoles: cebollas amarillas, repollo, brócoli, té, manzanas (la sustancia más conocida es la quercitina); Protegen contra el estrés oxidativo por el exceso de radicales libres, aumentan las defensas antioxidantes y reducen el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Flavonas: Chile, perejil, apio, tomillo.; Regulan los efectos de los estrógenos.
Chalconas (por ejemplo, arbutina). A diferencia de todos los demás subgrupos, las chalconas no tienen los tres anillos mencionados en el capítulo anterior en el esqueleto de su estructura ya que falta el anillo C. Por esta razón, también se definen como "flavonoides de cadena abierta".
Isoflavonoides, por otro lado, se pueden dividir en:
- Isoflavonas (por ejemplo, genisteína y daidzeína); bien conocidas son, por ejemplo, las isoflavonas de la soja;
- isoflavonoles;
- isoflavanas;
- isoflavanoles;
- Isoflavanonas.
Los flavonoides son micronutrientes esenciales para nuestra salud y presentes en una gran variedad de alimentos naturales. No existen contraindicaciones para la ingesta regular de flavonoides con la dieta. Su ingesta incrementada con suplementos, útil en muchos contextos, debe ser recomendada por el médico y debe evitarse básicamente durante el embarazo.
¿Qué son los flavonoides y cuáles son sus beneficios?
Los flavonoides son un grupo diverso de fitonutrientes (sustancias químicas vegetales) que se encuentran en muchas frutas, verduras y especias. Son en parte responsables de los intensos colores de las frutas y verduras y hay hasta 6.000 tipos de flavonoides. En años recientes, los científicos han apuntado a varios tipos de flavonoides como factores en los beneficios a la salud de tener dietas ricas en frutas y vegetales. Al igual que otros fitonutrientes, los flavonoides son poderosos antioxidantes, con características antiinflamatorias que asisten al sistema inmunológico. Históricamente se han utilizado en la medicina tradicional china para la protección cutánea, mejorar la función cerebral y regular la presión arterial y el azúcar en la sangre. Aunque no estés seguro de cómo actúan en el organismo, numerosos estudios han relacionado estos compuestos con la prevención del cáncer y enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Los flavonoides logran tener un efecto positivo en la circulación sanguínea, en particular al proteger el endotelio, es decir, la parte más interna de los vasos venosos más pequeños. También mejoran nuestra condición física, fortaleciendo nuestro sistema inmunológico y protegiendo al organismo del ataque de personas externas. Esta protección comienza con la barrera natural más externa de nuestro cuerpo: la piel. De hecho, los flavonoides ayudan a la epidermis a protegerse de la exposición prolongada a la luz solar y, en particular, a los rayos UV. También tienen un impacto positivo en la reducción o prevención de las crisis hemorroidales. Además, los flavonoides son capaces de disminuir la oxidación del colesterol: gracias a estas sustancias, es decir, se disminuye la incidencia de un proceso que a la larga puede provocar enfermedades cardiovasculares. Las cualidades antiinflamatorias de algunas clases de flavonoides también son beneficiosas para muchos órganos de nuestro cuerpo, comenzando por el hígado y el estómago, y terminando por la próstata. Además, en algunos casos, los flavonoides se utilizan en terapias farmacológicas cuyo objetivo es el mantenimiento de un peso saludable a largo plazo, tras tratamientos estéticos o quirúrgicos en caso de obesidad. Los flavonoides se utilizan en farmacias como medicamentos y suplementos, especialmente como antioxidantes naturales.
¿Qué dice el estudio reciente?
Investigadores de la Universidad Edith Cowan señalaron que los participantes que consumieron un total de aproximadamente 500 miligramos de flavonoides por día registraron el menor riesgo de morir de cáncer o enfermedad coronaria. Estos resultados son importantes porque potencian el potencial para prevenir el cáncer y las enfermedades coronarias al promover el consumo de alimentos ricos en flavonoides, particularmente en personas con alto riesgo de padecer estas enfermedades.
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