La vitamina B6 o piridoxina es una vitamina hidrosoluble (es decir, capaz de disolverse en agua) que está presente de forma natural en muchos alimentos; desde un punto de vista químico, en realidad podemos identificar seis moléculas diferentes (piridoxina, piridoxal piridoxamina y los ésteres de fosfato 5' correspondientes), pero la forma biológicamente activa está representada por el fosfato de piridoxal solo. Realiza múltiples funciones en el organismo y está involucrada en más de 100 reacciones enzimáticas, en gran parte relacionadas con el metabolismo de las proteínas; también es necesaria para la síntesis de los neurotransmisores serotonina y norepinefrina y para la formación de mielina, estructura capaz de proteger el sistema nervioso central. Desempeña un papel importante en el desarrollo del cerebro durante el embarazo y participa en importantes funciones del sistema inmunitario. Por todo ello, la piridoxina se utiliza frecuentemente en combinación con otras vitaminas del grupo B en la formulación de suplementos que contienen el complejo vitamínico B, a pesar de no existir evidencia cierta de su utilidad fuera de condiciones de carencia demostrada o patologías específicas.

La vitamina B6 se encuentra en muchos alimentos. Las mayores cantidades se encuentran en semillas de trigo, hígado, yema de huevo y levadura. Buenas cantidades también están presentes en carnes, especialmente carnes blancas, pescados, verduras, patatas, legumbres y frutas, a excepción de los cítricos.

Tomada en asociación con la vitamina B9 y la vitamina B12, la vitamina B6 ayudaría a reducir el nivel de homocisteína en sangre, un aminoácido cuyo exceso es responsable de la formación de aterosclerosis, ligada a un aumento del riesgo cardiovascular. Según varios estudios, existe una relación innegable entre la hiperhomocisteinemia y el infarto de miocardio o accidente cerebrovascular. Otro gran estudio, publicado en el Estudio de Salud de Enfermeras, muestra que las mujeres suplementadas con vitaminas B6 (4,6 mg/día) y B9 tienen un riesgo reducido de enfermedad cardiovascular.

Varios estudios doble ciego en mujeres en la fase premenstrual muestran una mejoría más marcada en los síntomas (distensión intestinal, irritabilidad, ansiedad, etc.) que con un placebo. Es el papel de la vitamina B6 en la producción de neuromediadores (serotonina, melatonina, dopamina) el responsable de este efecto sobre el síndrome premenstrual.

Un primer estudio realizado en 1995 demostró la eficacia de la suplementación con vitamina B6 para mejorar las náuseas del embarazo. Estos resultados fueron confirmados por otros dos estudios de 2003 y 2004 que mostraron una mejoría en las náuseas pero también en los vómitos frecuentes durante el primer trimestre del embarazo.

Es gracias a su papel en la producción de cisteína, uno de los principales constituyentes de la famosa queratina, esencial para la calidad de la piel, que la vitamina B6 es tan importante para la belleza y la salud del cabello y las uñas. La vitamina B6 se suministra en forma de piridoxina.

La dosis diaria recomendada de vitamina B6 es de 1,8 mg para hombres y 1,5 mg para mujeres. Las deficiencias son raras y solo ocurren en casos de alcoholismo o insuficiencia renal grave. Cuando se administra en dosis demasiado altas, pueden ocurrir trastornos neurológicos o problemas de memoria. Para su uso como suplemento dietético, las dosis habituales prescritas son de 35 a 140 mg por día. Se recomienda usar 30 mg por día para tratar las náuseas durante el embarazo. Sin embargo, si la dosis es demasiado alta (más de 500 mg), la vitamina B6 puede tener el efecto contrario y causar náuseas y vómitos. Sin embargo, estas dosis son difíciles de alcanzar a menos que haya un error en la dosificación. Para la prevención de riesgos cardiovasculares se recomiendan 4,6 mg al día combinados con vitamina B9.

La suplementación con vitamina B6 está contraindicada en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson basado en levodopa, ya que puede reducir la eficacia del tratamiento. Los estrógenos y los anticonceptivos orales aumentan la necesidad de vitamina B6. Los tratamientos antituberculosos a base de isoniazida pueden provocar un déficit de vitamina B6. Por lo tanto, se recomienda prescribir vitamina B6 en forma de piridoxina como suplemento.

Investigadores de la Universidad de Colombia han descubierto, en un estudio reciente publicado en la revista Scientific Reports, que existe una forma de reducir el efecto deletéreo de la contaminación del aire sobre las enfermedades cardiovasculares gracias a un cóctel de vitaminas B (B6, B9 y B12) . "La contaminación ambiental es uno de los contaminantes del aire más comunes y tiene un efecto negativo sobre la función cardíaca y el sistema inmunológico", dijo el profesor Jia Zhong, investigador principal del estudio. También dice que su estudio "proporciona evidencia de que la suplementación con vitamina B puede mitigar sus efectos agudos sobre la disfunción cardíaca y los marcadores inflamatorios.