La droga seca, que se obtiene de las partes aéreas en flor de la planta, se utiliza sobre todo para la preparación de hidrolitos, como infusiones y tisanas de Artemisia annua. Todos ellos representan la llamada "vía interna de administración", en el sentido de que el ingrediente activo realiza su actividad beneficiosa solo después de ser ingerido. Sin embargo, también existe una "vía de administración externa" relativa sobre todo al aceite esencial de Artemisia que puede utilizarse para fricciones cutáneas, masajes y baños de pies, aprovechando sus propiedades antimicrobianas.

La planta posee antioxidantes como flavonoides, cumarinas, triterpenos y sustancias como alkanfor, thujona, linanol, betasitosterol y betacaroteno. Vitaminas A, K, E, algunas del complejo B, potasio, calcio, hierro y otros minerales. Tiene propiedades bactericidas, antifúngicas, antiasmáticas y expectorantes útiles para problemas respiratorios e infecciones.

- Calma problemas estomacales e intestinales.

- Alivia las irritaciones de la piel.

- Combate el insomnio.

- Tratar la ansiedad y la depresión.

- Trata la inflamación y las dificultades respiratorias.

- Alivia calambres musculares.

- Mejor digestión.

- Estimula la circulación sanguínea.

- Calma el dolor y los síntomas relacionados con la menstruación y la menopausia.

- Útil en la pérdida de peso.

- Combate las infecciones que afectan a las vías urinarias.

- Mitiga los problemas renales.

- Fortalece el sistema. inmunológico y desintoxica el organismo.

- Regular los niveles de azúcar en sangre.

En cuanto a los efectos secundarios, los más frecuentes son los del sistema gastrointestinal como náuseas, vómitos, dolor abdominal con calambres y diarrea. Los síntomas menos frecuentes que pueden presentarse son el picor y la urticaria, especialmente en sujetos predispuestos a las alergias. En algunos casos, también se han observado alteraciones del ritmo cardíaco como bradicardia y prolongación del intervalo QT. Otro tema importante a tener muy en cuenta son las interacciones farmacológicas y/o con otros remedios a base de sustancias naturales. No se recomienda en absoluto tomar Artemisia si está tomando una de las siguientes categorías de medicamentos o componentes fitoterapéuticos:

En conclusión, dada la considerable lista de efectos secundarios atribuibles al uso de preparados a base de Artemisia annua, siempre es recomendable consultar a su médico antes de autoprescribirse terapias de cualquier tipo.

La Medicina Tradicional China ha producido un nuevo enfoque prometedor para el tratamiento del cáncer. Científicos han demostrado que un compuesto extraído de la planta de ajenjo busca y destruye las células de cáncer de mama, dejando intactas las células sanas. Potencialmente, una alternativa segura, no tóxica y económica para pacientes con cáncer, La artemisia es prima cercana de la oxigenoterapia. Los investigadores chinos dijeron que la clave de sus efectos era un enlace de peróxido (dos átomos de oxígeno enganchados) dentro de la molécula activa de la hierba. En experimentos de laboratorio, el compuesto eliminó prácticamente todas las células humanas de cáncer de mama expuestas en el tubo de ensayo en 16 horas. Igual de importante, dice, casi todas las células normales expuestas todavía estaban vivas. Un perro con un tipo de cáncer de hueso conocido como osteosarcoma tan grave que no podía caminar por la habitación se recuperó por completo a los cinco días de recibir el tratamiento. Las radiografías mostraron que el tumor del animal básicamente había desaparecido y agrega que cree que el perro todavía está vivo dos años después. No solo parece ser efectivo, sino que es muy selectivo, es altamente tóxico para las células cancerosas, pero tiene un impacto marginal en las células normales. Artemisia no es nueva en absoluto. Los practicantes populares chinos lo extrajeron de la planta Artemisia annua L. comúnmente conocida como ajenjo, hace miles de años para su uso en el tratamiento de la malaria.

Después de que se descubriera una receta secreta para el tratamiento en una placa de piedra en la tumba de un príncipe de la dinastía Han durante una excavación arqueológica en la década de 1970, Artemisia resurgió como terapia para la enfermedad transmitida por mosquitos, recuerda Lai. De hecho, una forma purificada del compuesto de la planta es ahora el fármaco de elección para tratar la malaria en muchas áreas, particularmente donde han surgido cepas resistentes a la quinina, dice. Los experimentos sobre por qué Artemisia funciona como agente contra la malaria llevaron a sus pruebas como medicamento contra el cáncer. La clave resultó ser una característica compartida del parásito de la malaria y las células cancerosas en división: altas concentraciones de hierro. Cuando la artemisia, o cualquiera de sus derivados, se encuentra con el hierro, se produce una reacción química que genera átomos cargados que los químicos llaman radicales libres. En la malaria, los radicales libres atacan y se unen a las membranas celulares, rompiéndolas y matando al parásito unicelular. Las células necesitan hierro para replicar el ADN cuando se dividen, dice Lai. Y dado que el cáncer se caracteriza por una división celular fuera de control, las células cancerosas tienen concentraciones de hierro mucho más altas que las células normales.

En sus superficies, las células cancerosas también tienen más receptores de transferrina, vías celulares que permiten la entrada de hierro, que las células sanas. En el caso del cáncer de mama, las células tienen de cinco a 15 veces más receptores de transferrina en su superficie que las células mamarias normales. El objetivo de la estrategia, es bombear las células cancerosas con aún más hierro y luego introducir Artemisia para matarlas selectivamente.  Las células expuestas a solo uno de los compuestos no mostraron ningún efecto apreciable. Pero la respuesta de las células cancerosas cuando se las golpeó primero con holotransferrina, luego con Artemisia, fue espectacular.