La yerba mate, consumida en su forma tradicional, es un poderoso antioxidante que supera al vino tinto, al té verde, al té negro y al jugo de naranja. Esta característica se debe a su alto contenido en polifenoles, equivalentes al ácido clorogénico y al ácido gálico, capaces de contrarrestar el efecto nocivo de los radicales libres, cuyo exceso acelera el proceso de envejecimiento y el desarrollo de enfermedades crónicas; así como restablecer el equilibrio celular del organismo.

Muchos estudios han demostrado que la yerba mate mejora la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol entre un 15% y un 18% cuando se consume diariamente, además de prevenir enfermedades como la arteriosclerosis. También tiene un ligero efecto hipotensor y vasodilatador que puede resultar beneficioso para personas con problemas de hipertensión arterial. Esto se debe a que la yerba mate promueve la actividad de unas enzimas cardioprotectoras llamadas saponinas, que se adhieren al colesterol LDL, también conocido como “colesterol malo”, y ayudan a eliminarlo del organismo mucho más rápido de lo habitual. A su vez, las saponinas aumentan el colesterol HDL, conocido como “colesterol bueno”, y previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Gracias a su contenido en cafeína (también conocida como “mateina”), el mate aumenta la estimulación y la concentración, favoreciendo un mejor desempeño de las actividades diarias que requieren concentración mental y mantenerse alerta, como jornadas de estudio, trabajo o actividades físicas. Aunque el efecto es similar al del café y aunque el contenido de cafeína de estas dos bebidas es relativamente igual, los efectos estimulantes son diferentes. El efecto del café puede ser demasiado fuerte; mientras que el mate "despierta" a quienes lo toman de forma más mesurada y placentera. Esta característica podría deberse a que la cafeína presente en el mate está más diluida en mayor cantidad de agua, la cual se ingiere poco a poco.

El mate, como tipo de energizante muy particular, estimula las neuronas y favorece la actividad cerebral, la claridad mental, la memoria y el razonamiento. También contiene otras xantinas, teobromina y teofilina, cuyos efectos relajantes ayudan a regular todos los sistemas del organismo. Todo esto indica que la propiedad reconstituyente del mate sobre la mente y el cuerpo es superior a la de otras bebidas que contienen cafeína, porque actúa de forma diferente y además tiene un doble efecto, estimulante y relajante. Beber mate durante el día energiza y estimula, pero al mismo tiempo calma y, aunque aporta energía, resistencia al cansancio físico y mejora el ánimo, no compromete la calidad del sueño y del descanso.

El mate también tiene un efecto diurético y ligeramente laxante, ya que previene la retención de líquidos y mejora el desarrollo de la función renal. De esta forma, ayuda al organismo a eliminar toxinas y a limpiarse de forma natural. Las propiedades diuréticas del mate son completamente naturales. De hecho, actúa inhibiendo la hormona antidiurética también llamada arginina-vasopresina (AVP) o adiuretina; estimulando así la eliminación de la orina. Sin embargo, esta acción debe compensarse con un consumo saludable de 2 litros de agua al día para asegurarte de mantener tu cuerpo hidratado. El mate también estimula el movimiento intestinal, ayudando al organismo en su proceso natural de eliminación de residuos y toxinas acumuladas. Por eso está indicado para personas que sufren de estreñimiento. Es posible potenciar este beneficio combinando el consumo de mate con hierbas digestivas y una dieta rica en fibra.