Fibrilación auricular
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Fibrilación auricular
La fibrilación auricular es la arritmia más común, cuyo riesgo aumenta con la edad y que se asocia con una mayor incidencia de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y mortalidad". La fibrilación auricular (FA) es el tipo de arritmia más frecuente y afecta al 1-2% de la población. Las posibilidades de desarrollar esta afección aumentan con la edad, pero también puede ocurrir en personas jóvenes y sanas. La fibrilación auricular se produce con mayor frecuencia en aquellas situaciones en las que se requiere que las aurículas se llenen más (sobrecarga de volumen: por ejemplo en algunas valvulopatías) o expulsen su contenido hacia ventrículos con mayores presiones (sobrecarga de presión: por ejemplo cuando el ventrículo izquierdo se engrosa). , debido a hipertensión arterial). En ambos casos esto se traduce en inestabilidad eléctrica: aparecen latidos prematuros (extrasístoles auriculares) y aumenta la probabilidad de que estos desencadenen fibrilación auricular. La fibrilación auricular generalmente comienza cuando las aurículas reciben una ráfaga prematura de estímulos eléctricos (extrasístoles). La arritmia persiste porque el estímulo eléctrico encuentra recorridos largos e irregulares a través de aurículas dilatadas o en las que están en marcha procesos degenerativos que aumentan el componente fibroso en la pared.
Hay tres tipos diferentes de fibrilación auricular:
Paroxística: dura hasta un máximo de una semana (pero a menudo durante minutos u horas) y termina espontáneamente;
Persistente: dura más de 7 días;
Permanente: es el resultado de la decisión de cronificar la arritmia, que se define como tal cuando se renuncia a nuevos intentos de estabilizar el ritmo.
Los principales signos de malestar son:
- Palpitaciones: son la percepción de un latido cardíaco rápido o irregular. A menudo se describen como "golpes fuertes", golpes o aleteos en el pecho, o sensaciones repentinas de "vacío" en el pecho o el estómago;
- Astenia: falta de fuerzas, incapacidad para hacer cosas que siempre se han hecho sin esfuerzo;
- Disnea: dificultad para respirar, especialmente con el esfuerzo. El siguiente paso es la dificultad para respirar incluso en reposo, lo que indica un deterioro circulatorio más importante;
- Dolor torácico o peso: debe llevar al paciente a una pronta evaluación especialista.
- En raras ocasiones, pueden producirse mareos, aturdimiento o pérdida del conocimiento (síncope). Estas manifestaciones son más frecuentes cuando el ritmo vuelve a la normalidad. Por tanto son síntomas más típicos de las formas paroxísticas, en las que se alternan fases de fibrilación auricular con periodos de ritmo regular.
Tratamientos para la fibrilación auricular
La cardioversión, practicada en casos de fibrilación auricular paroxística y persistente, puede obtenerse mediante la administración de fármacos (especialmente eficaces en formas de corta duración) o aplicando una descarga eléctrica al corazón en estado de sedación profunda (una especie de anestesia de muy corta duración). ).
Ablación. La ablación consiste en la aplicación de pequeñas quemaduras en la superficie interna del corazón, gracias a las cuales se crean barreras a la circulación del estímulo eléctrico. Estas "lesiones" se colocan en puntos estratégicos, de modo que bloqueen los estallidos de extrasístoles que inician la arritmia y/o impiden la libre circulación del estímulo a nivel auricular. La probabilidad de resolver el problema es mayor en las formas paroxísticas (alrededor del 80%), ligeramente menor en las formas persistentes. El procedimiento se realiza a través de catéteres (delgadas sondas eléctricas) que se introducen en el corazón a través del sistema venoso, todo ello bajo anestesia local y sedación. Dependiendo de las características del paciente y de la arritmia, el tratamiento ablativo se puede realizar mediante crioablación o radiofrecuencia.
Implantación de marcapasos. Cuando la frecuencia cardíaca es demasiado inestable, se puede implantar un marcapasos, posiblemente combinado con la ablación del nódulo auriculoventricular ("ablación y estimulación"), que evita que el corazón supere la frecuencia determinada por el estimulador artificial.
Tratamiento anticoagulante. El riesgo de complicaciones relacionadas con embolias periféricas depende de las condiciones básicas del paciente (edad, sexo y presencia de otras patologías) y es elevado en sujetos que ya han sufrido eventos embólicos. Todas las personas con riesgo moderado o alto deben tomar tratamiento anticoagulante. La terapia debe mantenerse indefinidamente incluso cuando la terapia preventiva sea aparentemente eficaz: siempre existe el riesgo de episodios asintomáticos.
Vitamina D
La ingesta regular de altas dosis de vitamina D durante cinco años reduce el riesgo de fibrilación auricular (Fa) en personas mayores de 60 años, según los resultados del estudio Find (ensayo finlandés sobre vitamina D), realizado por investigadores de la Universidad de Finlandia Oriental y publicado recientemente en la revista American Heart. Participaron 2.495 participantes (hombres mayores de 60 años y mujeres mayores de 65 años), todos sin enfermedad cardiaca actual, aleatorizados en tres grupos para recibir, durante cinco años: placebo, vitamina D 40 µg/día (1.600 UI), vitamina D 80 µg. /día (3.200 UI). Todos, tanto al inicio como durante el estudio, completaron cuestionarios sobre estilo de vida y nutrición y en aproximadamente el 20% de la muestra se extrajo sangre para controlar algunos marcadores de química sanguínea. Al final del estudio, se registraron un total de 190 casos de fibrilación auricular: 76 en el grupo de placebo, 59 en el grupo de 40 µg/día y 55 en el grupo de 80 µg/día. El riesgo de fibrilación auricular fue un 27% menor en el grupo de 40 µg/día y un 32% menor en el grupo de 80 µg/día en comparación con el placebo. En la subcohorte seleccionada para las indicaciones de química sanguínea, la concentración sérica basal media de calcidiol (un marcador de la concentración de vitamina D en el cuerpo) era relativamente alta, igual a 75 nmol/l. Después de un año, era de 100 nmol/L en el grupo de 40 µg/día y de 120 nmol/L en el grupo de 80 µg/día. Sin embargo, no hubo cambios significativos en el grupo de placebo. Por lo tanto, creemos que es necesaria una mayor confirmación de nuestros resultados antes de sugerir el uso de dosis que vayan mucho más allá de las recomendaciones actuales para la prevención de la fibrilación auricular, teniendo también en cuenta el hecho de que los resultados anteriores del estudio Find no han mostrado beneficios en otros eventos cardiovasculares”.
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