La función digestiva es la segunda función fundamental para vivir. El aparato digestivo está formado por varios órganos que forman parte de un aparato complejo y perfecto (boca, esófago, estómago, intestino, hígado y páncreas). Sus tareas son la digestión, la absorción de alimentos, la eliminación de sustancias nocivas y, al mismo tiempo, mantener la figura ágil y esbelta. Los procesos relacionados con la nutrición y la digestión ponen en marcha el sistema digestivo, que sale del estado de reposo y vuelve a él tan pronto como termina el trabajo. La mente influye en las funciones digestivas. Si en el bienestar psicológico facilita el funcionamiento digestivo, en el estrés o en el dominio de emociones negativas (por ejemplo, ansiedad, ira) dificulta la digestión y a la larga provoca enfermedades, como gastritis, colitis, disfunción hepática y otras. La nutrición es el otro elemento fundamental para el que es importante prestar atención a lo que se come, también porque algunos alimentos considerados "buenos" esconden algunos escollos: los cereales tienden a aumentar de peso y favorecen las enfermedades metabólicas; la leche y el queso arruinan las condiciones del intestino y la piel, la carne es bastante tóxica y el azúcar debilita el sistema inmunológico.

Todas los hongos Curativos, a excepción de Polyporus, están dotadas, de forma más o menos marcada, del 2º poder, con el que apoyan la función digestiva (estómago, intestino delgado, colon) y metabólica (hígado y páncreas). Los más dotados son Hericium, Shiitake, Maitake, Auricularia, Reishi y Cordyceps para funciones digestivas, y Coprinus, Pleurotus y Agaricus para funciones metabólicas.

Así lo demuestra el hecho de que la sola ingesta de una de estas setas, también por otros motivos, sigue favoreciendo la función digestiva, la segunda función imprescindible para la supervivencia.