Entonces, el ARNm es realmente una forma de ácido nucleico que ayuda a que la maquinaria celular lea el genoma humano, codificado en el ADN. Entonces tenemos ADN en nuestros núcleos. Y luego tenemos los ribosomas y otros orgánulos celulares que traducen el ADN. Pero entre el código del ADN en sí y la maquinaria que utiliza el ADN para producir proteínas, tiene que haber un traductor. Y el ARNm es en realidad la forma traducida de ADN que la maquinaria puede reconocer y utilizar para ensamblar aminoácidos en proteínas. Así que este es realmente un vínculo fundamental entre lo que consideramos el código de la vida y la capacidad real de la célula de construir un organismo vivo. Y en ese sentido, aunque se habla mucho más del ADN que del ARN, el ARNm es una pieza realmente crucial de la forma fundamental en que se crea el organismo vivo.

Las vacunas de ARNm son vacunas que contienen ARN mensajero (ARNm) que lleva en su interior las instrucciones para producir una determinada proteína viral. En el caso del SARS-CoV-2 la proteína es Spike. Una vez dentro de las células de nuestro cuerpo, el ARNm hace que la proteína viral sea producida por estas, actuando como plantilla. A continuación, la proteína viral se liberará en la sangre, donde el sistema inmunitario la reconocerá como extraña y, en consecuencia, producirá anticuerpos específicos capaces de atacar a todo el virus, si es necesario. Estos anticuerpos persisten sólo temporalmente en la sangre (entre 4 y 6 meses). Pero nuestro cuerpo recuerda cómo defenderse de infecciones posteriores por SARS-CoV-2, gracias a unas células inmunitarias llamadas células de memoria. Las vacunas de ARNm, por el contrario, utilizan un código genético, el contenido en la molécula de ARN mensajero, para ordenar a las células de nuestro cuerpo que produzcan proteínas que el sistema inmunológico reconocerá como extrañas, produciendo anticuerpos y, posteriormente, células de memoria.